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abril 20, 2025

Consideraciones sobre las mesas participativas para la construcción del plan de desarrollo municipal

Por: David Palacios

En la democracia colombiana realmente existente a menudo se han usado instrumentos de participación ciudadana, como las mesas participativas, para intentar integrar y procesar las demandas que tienen algunas de las comunidades con respecto a sus inmediatas necesidades o grandes proyectos que requieren. La actual administración municipal ha planteado este mecanismo en varios escenarios barriales, y aunque en un principio puede constituir una posibilidad para la participación del pueblo facatativeño, en realidad pareciera que solo fuera un acto protocolario con poco alcance para corregir fenómenos de profundo calado en el municipio.

Los mecanismos de participación popular y ciudadana no fueron inventados por la élite política que gobierna en nuestro municipio y en las regiones, fueron una serie de conquistas refrendadas en la constitución y en otras leyes, que proveen mecanismos para que los barrios, los pueblos, las personas de a pie puedan plantear iniciativas e inquietudes a las instituciones. Estos mecanismos han sido, desde los más institucionales, los cabildos abiertos, los referendos, el voto, el plebiscito, (mecanismos útiles para las mayorías dependiendo de las situaciones concretas) hasta los mecanismos de participación menos institucionalizados o reglamentados por así decirlo, como las protestas de calle y cortes de vía, las asambleas barriales o las asambleas constituyentes. De cualquier forma, estos mecanismos de participación deben ser siempre un vehículo para que los habitantes de municipios como Facatativá ejerzan presión y control sobre los entes territoriales para cumplir las demandas populares y para exigir una ejecución del presupuesto limpia y libre de corrupción.

Aunque existan muchos mecanismos de participación en nuestro municipio, la realidad más cruda es que se dificulta la demanda y acceso a mejores condiciones para el transporte público hacia todos los municipios cercanos. Muestra de esto fue la mesa participativa del 30 de febrero en la Cámara de Comercio de Facatativá a cargo de la secretaría de tránsito y transporte (nótese la falta reincidente del alcalde en las mesas), una breve e insulsa instalación, que con poco orgullo entonaba entre dientes la mitad del himno nacional. Se esperaba una mesa de tratamiento de fenómenos sociales y económicos concernientes al transporte de personas y mercancías, que tuviera la capacidad de proponer un Sistema Integrado de Transporte Público de Facatativá, pero que se diluía en la poca claridad de la administración en cuanto a la dinámica de la mesa y la participación de los sectores.

Una de las comisiones, la de transporte público, donde no existía claridad frente a la moderación y muchos problemas ignorados.

Aún peor resultó la división de esta gran mesa en cuatro comisiones, cuatro comisiones que razonaban de forma escueta sobre problemas tan específicos que se olvidaban los grandes inconvenientes, o que eran incapaces de distribuir la palabra a todos los interesados de forma acertada. Fue notable una poca asistencia, alrededor de 60 o 70 personas, constituyendo una participación paupérrima (debida probablemente a la poca publicidad que se le dio) del censo municipal del 0.041% para un problema que compete al grueso de los facatativeños, en el sentido en que se convierte en la ruta de circulación de sus productos, sus habitantes y su trabajo.

Una baja participación se registro en la mesa que busca soluciones ante el problema del transporte en el municipio.

La secretaría de tránsito y transporte, que presidía la mesa general, hizo un énfasis letal en la duración de los diálogos de solo 1 hora, para cuatro comisiones, luego de la cual la socialización fue floja. Es por esto que una asamblea o mesa participativa que pretenda buscar soluciones a problemas generales en el municipio debe abordar con mayor margen de tiempo, espacio y participación, pues algo tan grave como la falta de transporte público en varias zonas de Facatativá necesita dimensionar con mayor alcance y envergadura las metas que se propone, y esto no lo permiten una hora de diálogos y cuatro comisiones tímidas sin sonido adecuado.

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